
Para terminar de ponerle la tapa al pomo, a diferencia de nosotros, cerca de un 40% de los residentes de Hong Kong –por mencionar solo una ciudad– no se ha vacunado, y más de la mitad de su población pasa de los 70 años. O sea, en China hay muchísima gente que no se ha puesto la vacuna china. Vaya usted a saber.
¿QUIÉN TIENE LA CULPA?
La variante culpable de este desorden es la ómicron, que ha puesto a las ciudades Shenzhen, Shanghái y Hong Kong en jaque con nuevos confinamientos, mientras que la provincia de Jilin está cerrada a hacha y machete luego de reportar 5000 nuevos casos el martes pasado. Hasta ahora hay por lo menos 30 millones de chinos confinados –total o parcialmente–, escuelas y transporte público cerrados; casi todas las empresas han regresado al teletrabajo.
China tenía una política de «cero covid». Tenía, tiempo pasado, del verbo «ponte la mascarilla otra vez». Se supone que esta estrategia podía controlar la transmisión del virus al mantener las fronteras cerradas, trancando ciudades completas si se encontraba un solo caso y manteniendo un sistema blindado de vigilancia dentro del país. Sin embargo, parece que con tantos controles la población no logró desarrollar anticuerpos contra esta variante que se pega tan fácil y les salió el tiro por la culata.
Fuente: El B.