Ucrania y Rusia están cada vez más cerca de fumarse la pipa de la paz. La reunión de ayer, donde Turquía hizo de anfitrión y mediador, es la más productiva hasta la fecha. Todo fue tan ameno que Rusia incluso se comprometió a bajarle a los tiros en Kiev y otras ciudades del norte del país (énfasis en la palabra «bajarle», porque los mismos rusos insistieron en que no era un alto al fuego), aunque el gobierno gringo dice que eso hay que verlo para creerlo. ACERCANDO POSTURASLos rusos aceptaron quitarle el pie al acelerador porque Ucrania comenzó a ceder en algunas cosas: ahora están dispuestos a renunciar a buscar unirse a la OTAN y a convertirse en un país neutral. Eso significa que los ucranianos no se meterían en ningún pleito entre países, y renunciarían a tener armas nucleares o bases militares de otros países dentro de su territorio. Pero no se quieren clavar el cuchillo de gratis, así que Rusia tendría que firmar un acuerdo prometiendo dejar a los ucranianos tranquilos; otros 11 países de occidente también firmarían como «garantes» de que Rusia cumplirá, y en caso contrario estarían obligados a defender a Ucrania. TODAVÍA HAY UN TRANQUEY es que ninguno de los dos países están en soltar la región este del país, que es la que está dividida entre ucranianos y prorrusos. Las principales ciudades o regiones que se disputan son Donetsk y Lugansk, que están controladas por prorrusos y antes de la invasión fueron reconocidas por Putin como «estados independientes», pero siguen estando en territorio ucraniano; Crimea, que está bajo total control ruso desde el titingó del 2014, y los ucranianos prometen darse 15 años para negociar su estatus; y Mariúpol, que es una ciudad clave para los rusos (al sureste del país, importante para conectar Rusia y Crimea) y en la que más tiros ha habido durante el mes y pico de invasión. Fuente: El B.