"Es un día de reflexión y silencio. El sábado Santo es un día de oración junto a la tumba esperando la resurrección. Es día de reflexión y silencio. Es la preparación para la celebración de la Vigilia Pascual. Asimismo, en este día, la Iglesia Católica no se realizan eucaristías, no se tocan las campanas, el Sagrario se deja abierto y vacío, el altar está despojado y no se administra ningún sacramento excepto la Unción de los enfermos y la Confesión de los pecados. La Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección. Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. El Sábado Santo rememora especialmente a María tras la pérdida de su hijo, por lo que es un día de dolor y tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el sepulcro María y los discípulos. Durante esta jornada, la comunidad cristiana vela junto al sepulcro en silencio. Es un día de luto por la muerte de Jesús y la Iglesia se prepara para el momento más importante de la Semana Santa: la Resurrección. “¡Dios estuvo muerto!"