El euro cayó por debajo de la paridad frente al dólar el miércoles por primera vez en casi dos décadas, ya que la Reserva Federal de Estados Unidos y la creciente preocupación por los crecientes riesgos de recesión en la zona euro continuaron golpeando a la moneda. La moneda única de Europa comenzó este año con una nota sólida dada la recuperación económica posterior a la pandemia. Pero la invasión de Rusia a Ucrania, el aumento de los precios de la gasolina en Europa y los temores de que Moscú pueda cortar aún más los suministros han aumentado el espectro de la recesión y perjudicado al euro.A LA PARAyer, por primera vez desde el 2002, el euro y dólar llegaron al mismo valor (o sea, que un euro vale lo mismo que un dólar y quienes reciben remesas de Europa ya no pueden echar tanta vaina). Las causas de esto se pueden resumir en 3 factores: incertidumbre por la guerra en Ucrania, las decisiones sobre las políticas monetarias y el miedo a la recesión. LA MAMÁ DE LOS PROBLEMAS: LA GUERRATodas las sanciones contra Rusia están afectando la economía en Europa porque a diferencia de EE. UU. —que son exportadores netos de energía—, Europa tiene una gran dependencia del gas ruso y desde hace algunos meses están recibiendo cada vez menos suministros, lo cual está provocando una crisis energética. Para echarle sal a la herida, hace unos días Rusia cerró el gasoducto Nord Stream 1 por mantenimiento, y en Europa tienen el temor de que no lo vuelvan a abrir. LA ÑAPALa gran estrategia de EE. UU. de subir hasta 75 puntos básicos sus tasas de interés provocó que llegaran más inversiones a Estados Unidos, ya que son un refugio seguro de muchos inversionistas que tenían sus activos en euros. Esa salida de dinero de bancos europeos se da por el miedo que tiene la gente a que el euro siga bajando, y los expertos aseguran que podría alcanzarse la cotización del euro por debajo del dólar. ¿Y QUÉ PASA CON ESO?Aquí no pasará gran cosa, porque no dependemos tanto del euro como del dólar. Pero en Europa sí trae su bobito: por ejemplo, subirá de precio todo lo que sea importado y pagado en dólares (que es como la mitad de todo lo que se compra en Europa). Otra cosa es que bajará el turismo de europeos hacia EE. UU., porque sus euros rinden menos al cambiarlos a dólares. Pero como siempre hay otra cara de la moneda: están de risitas las empresas que exportan desde Europa en euros, porque pueden vender más barato y así vender más. Fuentes: Percha y Briffin