El Pacto Eléctrico fue un acuerdo que firmaron varios sectores —políticos, el gobierno, empresarios y gente común— donde, entre otras cosas, se incluía un desmonte poco a poco del subsidio al sector eléctrico (que en el 2020 andaba por los 60,000 millones de pesos al año) para cubrir las pérdidas y que la tarifa eléctrica sea la que debe ser de acuerdo con el costo. El problema es que a ese desmonte se le añadió el costo de la generación, que va cada vez más para arriba gracias a la guerra en Ucrania y el covid que provocaron que no se pueda mantener a raya el precio del carbón mineral, el gas natural, el petróleo y los combustibles.
El desmonte empezó en noviembre del año pasado; desde ahí, cada tres meses ha ido subiendo la factura de la luz, y no necesariamente el porcentaje que debió subir. Para julio esperábamos un 9% solamente, pero los usuarios reportan en las redes un aumento de hasta un 100% de la factura en algunos casos. De ahí la inconformidad de la población.