
¿QUÉ HARÁN LOS EUROPEOS?
Hasta ahora más o menos se están manejando porque hace calor, pero cuando llegue el invierno podrían darse cuenta de que el gas realmente pela, porque la mayoría de los países lo utilizan para producir su energía y, más importante aún, para la calefacción de sus edificios. Pero el riesgo no es solo de que no haya gas suficiente, sino de que suba demasiado de precio; solo después del último anuncio de reducción del suministro, el precio del gas subió 10%.

LA SOLUCIÓN
Si Rusia tiene la sartén por el mango, la única opción de Europa es quitarle la sartén o cocinar en otro. Así que ya la Unión Europea mandó a sus países a guardar pan para mayo y gas para el invierno, y además ya tienen preparada una ley para reducir el consumo de gas en un 15% de agosto a mayo (sin incluir a España y Portugal, que no depende casi nada del gas ruso). Ese recorte tendría que venir acompañado de un aumento en el suministro de gas desde otras partes del mundo que no se llamen Rusia, y también producir más energía de otros tipos, como la nuclear. Y aun así puede que no sea suficiente.
El Brifin.