
LLUEVE SOBRE MOJADO
A pesar del viaje de reuniones que se han tenido la agenda es básicamente la misma de siempre, porque, aunque el año pasado 200 países firmaron para mantener el Acuerdo de París del 2016 — en el que se comprometen a mantener el calentamiento global en 1.5 grados por encima de la era pre-industrial y como mucho 2 grados— la realidad es que pocos países tomaron medidas cumplir este acuerdo.
Para colmo algunos de los países que más contaminan en el mundo brillarán por su ausencia, como Rusia y China. El presidente gringo sí va, pero llegará después de que pasen las elecciones de medio mandato en EE. UU.

No vendrá la calma, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, expresando que «el mundo está en una carretera al infierno climático».
El problema es que estamos llegando al punto de no retorno y las naciones no quieren tomar acciones de verdad para controlar la situación. Por ejemplo, el año pasado propusieron eliminar el uso de carbón por completo para el 2050, pero los países más industrializados dijeron aguanta la lancha y cambiaron eso por «reducirlo». Pero hasta la fecha, nananina.
¿POR DÓNDE ROMPE LA CUERDA?
Por lo más fino. Porque a los más pobres se los está llevando el demonio con las lluvias, inundaciones, sequías y demás desastres naturales que son cada vez más frecuentes e intensos. Por eso, este año hay mucha presión para que los países ricos ayuden a los demás a compensar el hoyo que el cambio climático les está haciendo en los presupuestos.
HAY UN PAÍS EN EL MUNDO

Fuente: El Brifin.