El Ministerio de Educación puso el 23 de diciembre como la última fecha de clases previo a la pausa navideña, con el fin de tratar de recuperar algo del tiempo perdido al comienzo del año escolar. Pero a los maestros del sector público, que comenzaron a dar clases un mes más tarde que los del sector privado, poco les importa eso y la Asociación Dominicana de Profesores dictó que trabajarán hasta el 16 de diciembre y ni un día más. No es la primera vez, y por lo visto tampoco será la última, que los profesores optan por no dar clases y tomar tiempo para descansar, armar reuniones mensuales o, incluso, hacer las votaciones de su gremio, en perjuicio de los estudiantes. Una de las frustraciones más grandes de todo el dinero que se ha otorgado al sector Educación, y a los aumentos salariales por los profesores, principalmente, es el poco compromiso que se ve de aquellos que están supuestos a ser los que más empeño deberían poner. Si hay una razón por la que muchos padres y madres dominicanos no confían en las escuelas públicas y hacen sacrificios para pagar colegios, es precisamente porque no hay garantía alguna de que los estudiantes recibirán las clases necesarias. Fuente: Columna de Buena Tinta. Diario Libre