
El presidente Abinader tiró un decreto en el que declaró de alta prioridad nacional que todas las instituciones públicas que dependan del Poder Ejecutivo (ministerios y demás) pongan en marcha una política de ahorro y eficiencia de energía. La idea es que el sector público predique con el ejemplo y se vaya creando una «cultura de responsabilidad ambiental y energética» en el país.
¿QUÉ TIENEN QUE HACER?
Lo primero es que el decreto dividió a las instituciones en dos: los pequeños consumidores y los grandes consumidores. Dependiendo de la categoría en la que caiga cada una, tendrán diferentes tareas y responsabilidades. Por ejemplo, los pequeños tendrán que crear un puesto que se llamará «gestor energético», que será el encargado de que se cumplan todos estos planes de ahorro y eficiencia.

¿Y CUÁLES SON ESOS PLANES?
Cada institución tendrá el suyo, pero el decreto establece una serie de metas, métricas y restricciones para todas las instituciones. Eso va desde la temperatura de los aires hasta los niveles de iluminación, pasando por la obligación de que todos los nuevos aparatos que se compren o se instalen tengan ciertos niveles mínimos de eficiencia y consumo.
También se habla del alambrado público, que deberá ser siempre LED o cualquier otro sistema libre de mercurio. Donde se pueda, deberán instalar luces de las que se proveen la energía a sí mismas. Otra cosa importante es el transporte del personal: una de las medidas es que no se permitirá usar vehículos de menos de 5 pasajeros al mismo tiempo.
Hay más medidas en el decreto, pero la idea general es que el gobierno predique con el ejemplo en el tema de ahorro y austeridad.
Fuente: El Brifin.