Después de un poco más de 3 años, la Organización Mundial de la Salud quitó la «emergencia sanitaria global» que declaró en aquella primavera del 2020. No es que ya no exista el virus, de hecho, todavía mueren alrededor de 3500 personas a la semana por covid. Pero eso está muy lejos de las 100 000 muertes semanales que se llegaron a ver en el peor momento de la pandemia.
El saldo oficial de fallecimientos en estos 3 años es de unos 7 millones de personas, aunque dicen que ese número podría llegar hasta 20 millones por las que no se registraron. A eso hay que sumarle todos los problemas de salud por las secuelas del virus, y ni se diga de la crisis de salud mental y los desastres económicos por los confinamientos.
¿QUÉ SIGNIFICA ENTONCES EL FINAL DE LA EMERGENCIA?
Que ya aprendimos a vivir con el virus. Seguirá siendo un tema de salud pública, pero ya la OMS soltará las recomendaciones periódicas sobre las medidas de protección y de restricciones, y ya no acompañará la fabricación y distribución de las vacunas. Sí van a mantener los comités de revisión y vigilancia, por si se vuelve a complicar la cosa con variantes nuevas.
La gente de por sí ya no anda en covid, pero la vida cotidiana se hará más fácil también a partir de ahora. Por ejemplo, dejarán de pedir pruebas negativas o de vacunación para viajar o para hacerse una cirugía.
Fuente: El Brifin.