
Se van a destiempo muchas de nuestras niñas y adolescentes. Hemos tocado el tema varias veces a través de los años, y siempre sale a relucir que tenemos los peores números de toda América Latina y el Caribe en cuanto a embarazos en niñas y adolescentes.
Una vez salió a relucir que en el 2019 uno de cada cuatro partos en el país fue de una niña de entre 10 y 19 años. En otro momento se dijo que cada año se pierden más de 3600 millones de pesos por las nuevas madres que no pueden entrar al mercado laboral o se mantienen sin trabajo.

NO ES LO MISMO LLAMARLO QUE VERLO VENIR
Esas cifras pueden ser difíciles de asimilar si no se ponen en contexto. Y el Departamento de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación acaba de poner el problema en contexto, al publicar una nota de prensa en la que dicen que ahora mismo hay 1154 estudiantes embarazadas en las escuelas, y otras 3105 ya son madres.
Pero atiende la otra: de esos 1154 embarazos, 112 fueron producto de una violación confirmada. O sea: una de cada 10 niñas que queda embarazada, fue violada. Otras 28 son producto de incesto, que para los fines es casi lo mismo que una violación. Esas 140 niñas aplicarían para el derecho al aborto en los lugares donde existen causales.
QUE AQUÍ NO SEA
El Ministerio de Educación no solo tiene en sus manos lo que pasa con los estudiantes en la escuela, sino también algunas cosas que no deben pasar fuera de ella. Por eso acaban de terminar de redactar un Código de Ética, que entraría en vigencia el próximo año escolar, que busca poner reglas a la relación entre estudiantes y profesores o personal de las escuelas.
Lo primero es que esa relación debe estar limitada al edificio de la escuela y al horario de clases, y no puede haber ningún tipo de interacción por redes. El Código también menciona los abusos, maltratos, acoso y demás violaciones a lo que debe ser una relación puramente académica y de formación.
Fuente: El Brifin.