Terminó la historia de Titán, el sumergible que perdió toda comunicación con el mundo menos de dos horas después de entrar a las frías aguas del Atlántico Norte para visitar los restos del Titanic. No porque se les acabó el oxígeno a las 5 personas que iban dentro, cosa que en teoría hubiera pasado ayer tempranito, sino porque hizo una «implosión catastrófica».
¿Y CÓMO SABEN ESO?
Porque encontraron restos del sumergible ayer, en el fondo del mar y a unos 500 metros de la proa (la parte delantera) del Titanic. Poco después, la Guardia Costera de EE. UU. confirmaron que eran del Titán, y ahí mismo la compañía dueña del sumergible anunció que no había posibilidades de que alguien hubiera quedado con vida.
¿Y QUÉ ES UNA IMPLOSIÓN?
Lo contrario a una explosión. Cuando algo explota, todas las partes salen volando a lo loco por todos lados. En una implosión, el objeto se contrae hacia dentro. Eso pasa cuando la presión exterior es mayor a la interior, y en el fondo del mar –el Titanic está a unos 3800 metros de profundidad– la presión es tan alta que el agua puede literalmente cortar el acero como si fuera mantequilla.
Aunque el Titán fue construido con paredes gruesas de fibra de carbono y titanio, nunca fue certificado por alguien externo como manda la ley. Incluso, se dice que hubo advertencias sobre su capacidad real para aguantar la presión que hay a esas profundidades. No se sabe por dónde falló la estructura del sumergible, pero puede haber sido hasta la más mínima grieta en cualquiera de sus partes.
CON TODO Y TRAGEDIA
Hay algo de confort para los familiares de las víctimas, y es que no sufrieron la agonía de quedarse 4 días atrapados ahí, en un espacio donde no tenían ni dónde sentarse y un solo inodoro; sin comida, sin agua y sin comunicación. Si efectivamente el Titán hizo una implosión, ellos murieron al instante y ni se enteraron.
Eso quiere decir también que mientras varios países los buscaban por todos lados con todo tipo de tecnologías, ya hace rato que habían fallecido. Y se hubiera podido saber de una vez, la Marina de EE. UU. detectó la implosión alrededor del momento en que el sumergible perdió la comunicación con el exterior, poco menos de dos horas después de sumergirse. Lo que pasa es que no sabían que era eso, porque fue con un sistema ultrasecreto que usan para detectar submarinos enemigos en las aguas cercanas.
UNA BÚSQUEDA TITÁNICA
De todas maneras, nunca fueron tan altas las posibilidades de encontrarlos antes de que se terminara el oxígeno, porque era demasiado amplia el área de búsqueda, contando con que nada más hacia abajo son casi 4 kilómetros. Para colmo, este tipo de sumergibles no tiene GPS ni nada de eso, sino que se comunica a través de un sistema de señales acústicas llamado sonar, algo que funciona parecido a los radares. También tenía un sistema para enviar mensajes de texto, pero no estaba funcionando.
Ya se sabe por qué perdieron toda comunicación, pero ahora lo que queda es hacer una investigación más detallada para determinar qué sucedió exactamente y cuándo. Por eso, los robots no tripulados que participaron en la búsqueda del submarino permanecerán en el área para continuar la investigación.
Fuente: El Brifin.