La semana pasada te hablábamos sobre cómo la conservación del agua se irá convirtiendo en una prioridad en el mundo, en la medida en que las fuentes de agua potable comiencen a escasear. Esa es la idea principal del pacto por el agua que se firmó hace unos días, y es la razón por la que según Wellington Arnaud, el director del INAPA, aquí casi casi estamos arrancando a hacer pruebas para desalinizar –o desalar– agua del mar.
De eso se está hablando desde el año pasado. Incluso, Wellington anduvo por Israel en julio del 2022, y ya en septiembre el gobierno estaba hablando de estos planes piloto para desalinizar agua en RD.
¿Y ESO CÓMO FUNCIONA?
El proceso es relativamente sencillo. Solo hay que pasar el agua salada por una especie de «colador» para quitarle la sal y los otros sólidos, y voilà: agua potable. Ese proceso se llama «ósmosis inversa», y existe desde hace muchísimos años. Las plantas para este tratamiento tampoco son algo del otro mundo.
NO TODO ES TAN DULCE
Seguro te estás preguntando por qué esta técnica no se utiliza muchísimo más, si a fin de cuentas lo que más hay en el mundo es agua salada. El problema es que ese proceso usa muchísima energía —y usualmente las no renovables, porque las renovables (como viento o solar) no son suficientes— lo cual lo hace demasiado caro.
Por eso, solo se han metido en eso los países que reúnen varias condiciones: poca agua potable disponible (desiertos principalmente), mucho dinero, mucha energía fósil disponible (petróleo) y el mar cerca. ¿Cuáles son esos países? Los de Medio Oriente, como Arabia Saudita e Israel, y algunos del norte de África. Aunque también hay plantas desalinizadoras en lugares de Australia, China, España y California que tienen problemas para conseguir agua potable.
Ahora mismo, alrededor del 1% del agua potable a nivel mundial se obtiene de desalinización, pero se espera que ese número vaya subiendo dramáticamente a medida en que el agua dulce comience a escasear.
Y NOSOTROS, ¿QUÉ PINTAMOS AHÍ?
Tenemos mar por rumba. Lo que no tenemos es dinero ni combustibles fósiles, pero por eso se empezará por implementar la desalinización en zonas reducidas cerca del mar, sobre todo en las zonas más secas. Por eso, el plan piloto será en la Isla Saona, Oviedo (Pedernales) y Buen Hombre (Montecristi).
Además, en vez de tomar el agua directamente del mar, que es un proceso en el que se aprovecha solo la mitad del agua (según Wellington), se usaría otro proceso que consiste en construir pozos para encontrar agua dulce mezclada con salada y separarlas. Así no se obtiene tanta agua, pero se aprovecha un 95% (otra vez, según Wellington), y por eso no sale tan caro.
Fuente: El Brifin.