Francisco del Rosario Sánchez, de quien este sábado celebramos el 207 aniversario de su nacimiento, es un referente del hombre que expresa el alma dominicana en sus distintas manifestaciones, con sus virtudes, el coraje, y los actos que nos reafirman como figura humana.
Francisco del Rosario Sánchez nació en la ciudad de Santo Domingo, el 9 de marzo de 1817. Dejó como legado el ejemplo de un hombre que vio la luz de la vida en un hogar humilde, lo que no fue óbice para que se esforzara para posibilitar una buena formación moral e intelectual. A los 20 años, Sánchez era distinguido como uno de los jóvenes de mayor nivel intelectual en la Capital.
Luego de creada la sociedad secreta La Trinitaria, el 16 de julio de 1838, se integró al grupo que procuraba la independencia del país y se convirtió en uno de los principales colaboradores de su ideólogo, Juan Pablo Duarte, en la lucha para fundar la República Dominicana.
No descansó hasta ver el nacimiento de la República. No vaciló en arriesgar su vida cuando los intereses de la patria estuvieron en peligro. Sánchez, como Juan Pablo Duarte, sustentaba el criterio de que “Esta patria ha de ser libre o se hunde la isla”. Cuando se enteró de los planes de anexar el país a España, en el año 1861, se levantó con su voz denunciadora y luego con las armas.
El día 3 de julio de 1861 cayó en una emboscada en El Cercado. Fue detenido y fusilado junto a un grupo de próceres que lo acompañaron en la lucha contra la anexión. Con ese gesto actuó con la idea de Duarte: “Por desesperada que sea la causa de la patria, siempre será la causa del honor y estaré dispuesto a honrarla con la sangre que mantiene la vida”.
Francisco del Rosario Sánchez se distinguió por su valor y patriotismo. Su sacrificio más que una nota desalentadora, se convirtió en una causa para luchar sin tregua contra la Anexión.
Su legado fue una fuente inspiradora que hizo posible la Restauración de la República Dominicana, proclamada con el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863.
Francisco del Rosario Sánchez es un ejemplo de la valentía del alma nacional. Enseñó que la intolerancia puede acabar con la vida de una generación, pero jamás matar las ideas.
Honremos la memoria del patricio Francisco del Rosario Sánchez, un referente permanente.
Fuente: Periódico Vanguardia del Pueblo.