Los chinos tienen rápidos a EE. UU. y Europa con el crecimiento de las ventas de todo tipo de bienes que también fabrican ellos. En general, los productos chinos salen más baratos (con todo y que deben cruzar medio mundo) y le están comiendo los caramelitos a las producciones locales de los americanos . Por eso, arrancó una guerra comercial entre China y EE. UU. hace unos años —sobre todo con Trump, con quien empezó una subidera de aranceles de un lado y de otro—. Pero esta guerra comercial como que había estado medio calmada, y Biden ahora le acaba de meter el turbo.
¿QUÉ HIZO JOE BIDEN?
Anunció unos aumentos violentos en los aranceles (impuestos de importación) de los siguientes productos chinos:
Vehículos eléctricos: del 25% al 100%
Paneles solares: del 25% al 50%
Acero y aluminio: hasta un 25%, frente al 7.5% o menos actual
Semiconductores: del 25% al 50% para 2025
Baterías de litio y minerales críticos: del 7.5% al 25%
Grúas de barco a tierra: del 0% al 25%
Dice el gobierno que eso es una respuesta a las prácticas comerciales «injustas» de China. Con esto, buscan proteger a las industrias nacionales gringas y además que China no consiga dominar el mercado mundial tan fácilmente. ¿Ahora sí y antes no? Bueno, ahora Biden busca el apoyo de la clase trabajadora para las elecciones de noviembre.
¿QUÉ DICE CHINA?
Nada, que son una violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y que tomarán todas las medidas para proteger sus intereses. O sea, un nuevo capítulo en la guerra comercial. Mientras tanto, aunque el mercado gringo sea el más apetecible del mundo por su tamaño y poder adquisitivo, los productos chinos se están metiendo como el agua al coco en el resto del mundo.
Fuente: El Brifin.