SE FUE, SE FUE, SE FUE

Todo el que aspire a sustituir a Maduro en la Presidencia de Venezuela termina saliendo del país, sin importar si tiene razón o la gente votó por él. Aunque Edmundo González ganó las elecciones con un 70 % (según las únicas actas que se han publicado), se acaba de convertir en el último en esa lista que comparte con Leopoldo López y Juan Guaidó. Henrique Capriles fue otro que, aunque nunca salió de allá, se tuvo que guardar.

Don Edmundo llevaba más de un mes refugiado en la embajada de Países Bajos en Caracas, pero en secreto. El jueves se movió a la embajada española y ahí mismo pidió asilo político. El régimen madurista, que tenía una orden de arresto en su contra, lo dejó salir con todo el gusto y ya el sábado Edmundo estaba de camino a España. Se fue en un avión de la Fuerza Aérea Española, que se paró aquí dos veces: antes de buscar a Edmundo, y después de que ya estaba montado.

¿QUÉ SERÁ DE TI?

Bueno, es verdad que Edmundo se fue, pero en Venezuela quedó María Corina Machado, quien todo el mundo sabe que es realmente la líder de la oposición. Ella dijo que Edmundo sigue siendo el presidente electo y que seguirá luchando desde España, pero que había que sacarlo para cuidarlo porque el régimen lo tenía hasta la coronilla con las amenazas, intentos de chantaje y otras cosas para intentar silenciarlo y doblegarlo. De hecho, al llegar a suelo español, Edmundo dijo que sufrió todo tipo de presiones y amenazas antes de salir de Venezuela. Pero nada, parece que María Corina tiene algún plan, porque repitió que el 10 de enero del año que viene, Edmundo será juramentado como presidente de Venezuela.

SE DELATAN SOLITOS

¿Recuerdas que después de las elecciones, Maduro rompió relaciones con casi todo el que le pidió que enseñara las actas? Pues Argentina era uno de ellos, y por eso le pidió a Brasil que se encargara de custodiar su embajada en Caracas, donde hay 6 opositores venezolanos refugiados. El régimen dice que desde ahí dentro se están planificando intentos de asesinatos a Maduro, y aunque no se ha atrevido a entrar a la fuerza a la embajada —porque eso y declararle la guerra a Argentina sería casi lo mismo—, ha estado amagando de todas las maneras posibles.

Lo último que hizo el chavismo fue que le dio para atrás al consentimiento que le habían dado a Brasil para custodiar la embajada, mientras al mismo tiempo mantenían a las fuerzas en los alrededores, acechando cual tigre a una gacela. Brasil respondió que no se va de ahí hasta que Argentina nombre a otro país como el encargado de velar por su embajada, pero eso se quedó ahí porque desde que Edmundo cogió el avión para España, el régimen retiró a su gente de los alrededores del edificio. Qué curioso, ¿no?

Fuente: El Brifin